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MANZANARES AYER. Una exposición de Manuel Fernández



Recibidor del Gran  Teatro.
Hasta el 4 de Noviembre.

UN TANTO MÁS ALLÁ DE LA PINTURA PROPIAMENTE DICHA.

A la caída de la tarde es más membrillo el membrillo. Y es más olor el del mosto cuando anuncia el Otoño. Yo creo que Manzanares es más Manzanares en la paleta de Manuel Fernández; es como decir que son muy pocos lo que aman el Manzanares soterraño como lo ama Manuel. 
Es tan así que con esta exposición, Manuel Fernández, pintor, rescata el Manzanares de ayer de la memoria y lo trae al presente. Manuel, cuya trayectoria artística no vamos aquí a descubrir, se ha documentado, principalmente con fotografías del pasado, para retrotraernos en el tiempo, a ese lugar que fue pueblo manchego, y para denunciarnos quizás que, lentamente, como el elemento vivo que es, aquel ha ido perdiendo su fisonomía, apurando los últimos sorbos de su idiosincrasia. Manuel invita al espectador a contrastar con el presente, a comparar. Asistimos por lo tanto a una poética del cambio, de la desaparición, de la pérdida de raíz. Aunque sea esta también, una invitación al recuerdo, al reclamo de la memoria histórica.
No obstante, el cuadro queda, la pintura es. Está, quiere ser objeto estético.

Pero la Exposición de Manuel Fernández va pues más allá de lo meramente artístico. Va a la entraña. En connivencia con el espectador recrea viejas sensaciones, hace historia. Rehace pues. Es una pintura documentalista, mas que documentada, que, pese a no renunciar a la creatividad, pone su oriente en la evocación. Tal vez esto le de un carácter romántico que por regla general nunca ha tenido la pintura de Manuel. Pero la inspiración es así de caprichosa, y lo que mueve a nuestro pintor es el mundo que su juventud vivió, y aún más allá el que ni vivió, y que ya sólo puede revivirse, si acaso, en sus pinturas.
Por lo demás este sigue siendo el proteico pintor capaz de hacer revivir el medio urbano y los espacios paisajísticos más singulares, desde la torre del pueblo hasta el molino de Villalta, de los callejones estrechos y fachadas encaladas, hasta el entorno de la Mesnera.
Nos alegra descubrir que la sensibilidad del histórico Manuel Fernández sigue en el candelero. 

"Fábrica de harinas" y declaración de intenciones del autor, con la pretensión de documentar, simplemente.

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