Sala de Exposición León & Domínguez.
Hasta el 10 de Marzo.
Hasta el 10 de Marzo.
Qué más da. Es su visión. ¿Seguro? Es la visión del mundo que Carlos Infante nos lega. Eso no quiere decir que sea la suya ni exclusivamente suya. Es la visión del mundo que a veces nos pasa desapercibida. Claro que resulta que su mundo es un tanto poético e irónico, pero esta es la causa de nuestra sorpresa y gozo.
Me explico. Me imagino al fotógrafo paseando sus ojos por la geografía en torno, por la geografía del entorno también. Aquí halla un lapsus poético. Lo retrata. Lo reifica, primero mediante el procedimiento técnico. Después, al darle un nombre. Es así como lo acaba de transmutar, y en la transmutación, pone muchas veces una sonrisa, una sorna. A esto es a lo que llamo yo la poética de la fotografía de Carlos Infante. Y porque es su poética, bien puede considerarse que su mundo es, en cierto modo, un mundo poético.
Paisajes de lo cercano. Tomados del ambarino filtro. Tomados de color. Composición. La inmersión técnica es esencial en la transubstanciación de los materiales visuales. La sensibilidad tiene que ser exagerada, puesta si cabe, más al servicio de esa sensibilidad. Exagerar discretamente, bien puede ser este uno de sus lemas creativos.
El color hace las veces de "pictorialismo". La figura las de una mancha. Podríamos ver estas fotografías como composiciones abstractas, mágicas en su inusitado equilibrio.
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